¿CRECIMIENTO O DECADENCIA? ESPAÑA DESDE EL 1500 A LA ACTUALIDAD.

España ha sido durante cientos de años la primera potencia mundial, alcanzando su máximo esplendor con descubrimientos revolucionarios como el del Nuevo Mundo, aunando un vastísimo imperio y llegando a su auge en todos los aspectos, sobretodo el económico. Es por ello que muchos españoles y españolas se preguntan por qué España ha evolucionado de esta manera, anclados aún en el pasado, donde la península dominaba el mundo. 

España entraba en el Siglo XVI triunfante. Los Reyes Católicos habían dejado en herencia una unión dinástica que duraría dos siglos, facilitando la consolidación del absolutismo con Carlos I y Felipe II, el esplendor y la decadencia española, respectivamente. 

A pesar de todos los cambios (positivos y negativos) que ocurrieron en esta época, la población hispánica aumentó significativamente. Las grandes ciudades llegaron a tener 30 mil habitantes durante este siglo. El aumento de la población provocaría un incremento en la demanda de productos, lo que haría extenderse la cultura del cultivo, la explotación de minas, o la artesanía, aunque esta última fue perdiendo importancia por el gran atraso tecnológico del país. 

La explotación de las minas americanas hizo que llegara a España una entrada masiva de metales preciosos, provocando una subida de precios, que dio pie a una disminución del poder adquisitivo y nivel de vida de las clases populares. España no supo invertir bien el dinero, dañando la economía. A todo esto se le suman problemas internos como la Guerra de las Comunidades de Castilla o el acabar con la coexistencia de judíos, musulmanes y cristianos que enriquecía la cultura de la península. España entraba en la llamada Decadencia española. 

La Monarquía Española durante los Austrias Menores (siglo XVII) sufrió un desgaste de forma paralela a una crisis general, pero que golpeó especialmente a España, dejando a un lado su papel de primera potencia y pasando a ser un país empobrecido. Afectó tanto en la demografía con epidemias, pestes, como en el ámbito económico, con inflación o cambios monetarios, además de problemas sociales y políticos (tensión religiosa o la agresiva política del Conde Duque de Olivares).. 

Sin perder la esperanza, España se adentra en un nuevo siglo donde lleva a cabo una recuperación y reformas en muchos ámbitos. Tras acabar la Guerra de Sucesión, Felipe V, nuevo rey, realiza reformas en la administración, como la creación de nuevos impuestos para mejorar la situación económica. Con los Decretos de Nueva planta, se eliminaban todas las instituciones, cargos y fueros de Aragón, pasando a ser una provincia más de Castilla. El llamado Siglo de las Luces, supone una transición entre el Antiguo Régimen y el comienzo de las revoluciones que traen consigo una nueva organización social, económica y política. La economía de este siglo siguió marcada por el atraso técnicoEn la agricultura española, casi toda la tierra se destinaba a secano (cereales, vid y olivo), con aperos y técnicas rudimentarios y de autoconsumo ante la escasez de excedentes. En estas circunstancias eran frecuentes las crisis de subsistencias.

Durante el siglo XIX, España se transformó, modernizó la agricultura y nació una industria moderna. La vieja monarquía absoluta se sustituyó por una parlamentaria y constitucional, desapareciendo la Inquisición y los derechos señoriales. La antigua sociedad feudal provocó la llegada de una sociedad de clases, formada por obreros y burgueses. Este proceso fue llamado Revolución Industrial, aunque en España no logró tener mucho desarrollo, pues la agricultura siguió siendo el sector más importante de la economía. Los enfrentamientos entre absolutistas y liberales provocaron revoluciones, guerras civiles y pronunciamientos que llevaron a la caída de la monarquía y a la proclamación de la Primera República, concluyendo el siglo con la Restauración Borbónica. La reputación del sistema parlamentario disminuyó hasta alcanzar una gran crisis en 1917 bajo el reinado de Alfonso XIII, acabando con la monarquía.

La economía se modernizó y desarrolló, sobretodo en los textil y la siderurgia. Hubo un auge de explotación de minas por extranjeros, además de la creación y mejora de las comunicaciones (ferrocarril, carreteras). La II República (1931-1936) no supuso un cambio y despegue de la economía, y la Guerra Civil que la siguió llevó a una autarquía tras el triunfo franquista produciendo aislamiento, y organizando la economía española de forma militarizada. 

En 1959 se crea el Plan Nacional de Estabilización Económica tras perder fuerza el modelo autárquico, siendo el primer gran cambio en nuestra economía y sociedad. La economía se liberalizó y comenzaron los intercambios comerciales y turísticos. 
El segundo gran salto en nuestro desarrollo económico y transformación es a lo largo de 1976 y 1981, periodo conocido como la Transición, señalando los Pactos de la Moncloa. Dichos pactos introdujeron cambios y avances y destruyeron la estructura del Movimiento Nacional. El tercer salto se produce con la adhesión de España a la CEE en 1986 y la firma del Tratado de Maastrich en 1998, introduciendo el euro, y constituyendo la UE. 

A partir de los 2000 y hasta 2007, la economia española experimentó una fase de crecimiento que resultó insostenible, llegando en el 2008 la Gran Recesión y la crisis de deuda soberana. La tasa de desempleo llegó a superar el 27% sobre el 2013. Tras llevar a cabo una intensa recuperación hasta 2019, se redujo esta tasa hasta el 13,8%. Actualmente España intenta abordar los desafíos económicos y sociales del siglo XIX, agravados por la reciente crisis de COVID-19. 

Podemos concluir que España supo renacer de sus cenizas y, con trabajo y dedicación, intentar ponerse a la altura del resto de países europeos. Muchos creen que desde que España perdió sus tierras, ha ido en decadencia, pero personalmente creo que lo que España perdió en territorios, lo ganó en derechos humanos, libertad, educación y progreso de capital humano. 

-Marta Román Pulido


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